jueves, 7 de abril de 2022

"No tengo nombre": carta desesperada de una desconocida

 

No tengo nombre, respondo a cualquier sonido, mirada o golpe. Sé leer muy bien lo que la otra persona quiere sin tan siquiera abrir la boca. Puedo ser muchas cosas y nada, soy lo que tú quieras que sea.

 

No puedo definirme ni siquiera como un animal o un objeto, algo a lo que puedes coger cariño si te llega a satisfacer, pero que abandonas o destruyes si molesta.

 

Soy un artículo de usar y tirar, no tengo más vida que esa. Me destruyo y reconstruyo varias veces, pero no tengo razón de ser.

 

Alguna vez fui, lo sé, sin embargo, me obligaron a no ser, a no sentir, a no pensar. Y cuando pienso sufro, el corazón sangra y duele. Y si no pienso también padezco, no conozco otra sensación que esta.

 

Mi piel no es como la tuya, ha sido sacudida, apaleada y manoseada. Las heridas visibles desaparecen ante tus ojos, pero penetran en lo más profundo de mí. Luego vendrán otras visibles.

 

Tus palabras atraviesan mi alma, me golpean igualmente, es el mismo dolor ya anestesiado. Cada vez soy más insensible a esta pesadilla. Nunca he sentido placer, finjo para que tú disfrutes, aguanto tus miserias, tu mirada lujuriosa intimidante, tu espumarajo repugnante que define tu persona, alguien que nunca debió nacer como hombre, sino como mujer.

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