sábado, 19 de marzo de 2022

“Colaboraciones”: Una sensación agridulce


Mucho ruido veo en la comunicación últimamente, pero a veces esas interferencias son maneras de evitar lo que uno no quiere escuchar.

Las afirmaciones cuando no se pueden “ver” no son sinceras, llevan ocultas otros mensajes poco agradables cuando lo que dices no corresponde con lo que haces. No afrontar los problemas directamente y agredir de manera indirecta es propio de conductas pasivo-agresivas.

Esta es la introducción a mi discurso a esta entrada, porque es la última experiencia que he tenido. 

Mi padre me inculcó, sin abrir la boca, lo importante y maravilloso que es trabajar en equipo. Él fue jefe y compañero a la vez (hablo en pasado porque ya está jubilado), para mí un ejemplo a seguir. Ahora líder sin pretensiones de figurar en ninguna parte.

Colaborar es sinónimo de engrandecer, aunque no todos parten desde una misma línea de salida, todos tienen el mismo objetivo: llegar a la meta. Pero llegar a la meta no significa correr sin más, hay que salvar obstáculos e ir todos en una misma dirección sin salirnos del camino para así llegar al límite con la misma motivación con que se empezó y al mismo tiempo. Y sobre todo, para que el mensaje de la obra se sostenga y no haya distorsiones y esté bien rematado.  

En este caso hablo de un proyecto cinematográfico, un cortometraje que se ha estacando en un socavón difícil de extraer.

Colaborar no es fácil si uno solo se mira así mismo y lo único que quiere es destacar sin contribuir a que lo hagan los demás. Claro que uno debe intentar superarse a sí mismo, pero implica también altruismo y compañerismo, solo así se enriquece el trabajo y se ayuda a construir un proyecto satisfactorio. Creer en él es la chispa que ayuda a moverlo y a terminarlo.

Incluye muchos aspectos: convivencia, altruismo, esfuerzo y sacrifico, compañerismo, escucha, empatía, superación, creatividad, comunicación, problemas y resolución, energía… el espíritu de un equipo es tener presente que cada uno de los componentes son igual de importantes, nadie está por encima de nadie porque todos contribuyen a su enriquecimiento.

Las intenciones ocultas no pueden permanecer mucho tiempo bajo la sombra (parece un thriller de suspense). El problema es que una mala acción no reconocida puede interrumpir la corriente y hacer que el barco no lleve a buen puerto.

Cuando uno se plantea un propósito la humildad debe formar parte de él.

Esta es la conclusión que saco de mi última experiencia.

Es injusto que la labor y el esfuerzo de todo un equipo se destruya solo porque el egoísmo de una persona prevalezca y se imponga de una manera absoluta. Cómo alguien puede hacer tanto daño sabiendo que tiene algo muy poderoso en sus manos y no quiere doblegarse ante nada ni nadie.

Lo único que me queda y que está en mis manos es dar las gracias a todo el equipo, que no son pocos, por todo su maravilloso trabajo que exige profesionalidad, carisma, responsabilidad, apoyo y compañerismo. Creo que todos hemos sabido desde el primer momento qué es trabajar en equipo. A todos, desde el primero hasta el último: GRACIAS POR TANTO.

Juan Carlos Talavera, Dolores Garayalde, Magda Salinas, Gema Rueda, Deni Martín Duarte, Roberto Pozo, Daniel Álvaro, Adriana de la Morena, Arthur Webber (Óscar Pérez García), Stefany Vaca, Paula Muñoz, Alberto Carreño, Iris Costarou, Antonio Garci, Chely Ruiz, Francisco Martínez Ledesma.

A todos y todas, muchas gracias!! “Estoy aquí por ti” volverá y seguro que con más fuerza.